Urban Air Mobility. La empresa DSB Aero, alojada en el PCTCLM, comparte en su blog este artículo sobre cómo cambiarán los drones las ciudades y el fenómeno «Urban Air Mobility».
Puede sonar a ciencia ficción pero, al igual que los coches han transformado el paisaje urbano, en un futuro no muy lejano los drones dominarán los cielos de las urbes. Y lo harán para realizar un montón de tareas en las que hoy se emplean otro tipo de vehículos. Repartir paquetes y mercancías; vigilar el tráfico; patrullar las calles; o incluso, transportar a gente de un lugar a otro Estas son algunas de las operaciones de las que se podrían encargar estas aeronaves no tripuladas.
Legislación
Isabel Buatas es la directora de Expodrónica, la feria de drones más importante de nuestro país que nació en Zaragoza en 2015. Según asegura Buatas, «esta tecnología se ha desarrollado mucho en muy poco tiempo. Y, falta de algunas cosas, está preparada para poder usarse en las ciudades. Lo que ocurre es que la legislación ha sido más conservadora y todavía no lo permite».
Hace tiempo que los drones surcan los cielos y se utilizan en multitud de sectores como la construcción; la agricultura; el cine; o la publicidad. Muy pronto va a ser habitual verlos sobrevolar nuestras cabezas cuando andemos por la calle, de camino al instituto o a la parada del bus.
Uno de los primeros campos en los que veremos a los drones operar, según la directora de Expodrónica, es en el transporte de mercancías y de pasajeros, con los denominados aerotaxis. De hecho, en Zaragoza existen ya experimentos de reparto de paquetes con drones; y también una empresa de aerotaxis se ha interesado por desembarcar en la ciudad para hacer, de momento, vuelos turísticos sobre el río Ebro.
Urban Air Mobility
A esta nueva movilidad con drones, más sostenible, se le conoce como ‘Urban Air Mobility’ y, según Buatas, «las ciudades deberán prepararse para estos nuevos usuarios con espacios donde los drones puedan estar y despegar de manera vertical», los ‘aparcadrones’, y recargar sus baterías, aunque los hay que funcionan con «gasolina, placas solares, hidrógeno e incluso amoniaco».
También se crearán infraestructuras como los ‘lockers’, «consignas repartidas por distintos edificios de la ciudad para que los drones depositen sus paquetes», y veremos aparecer las primeras aerovías en el cielo, «al igual que las que existen para trenes y para coches», por las que puedan volar y circular varios drones de manera ordenada y sin chocarse.
Para la experta en estos aparatos, «el futuro ya está aquí y es ilusionante y apasionante. Es un futuro que vamos a vivir». Buatas afirma que «el uso de drones para transporte de mercancías en las ciudades podría verse en 2023, mientras que los aerotaxis podrían ser una realidad en 2025».
Emergencias y salvamento
Muchas de las imágenes que estamos viendo estos días en televisión del volcán de La Palma han sido tomadas por drones. Esta es una de las aplicaciones que encuentra hoy en día esta tecnología en el campo de las emergencias y salvamento. Los científicos usan drones para vigilar la erupción y obtener imágenes de la boca del volcán, de las coladas y de las zonas evacuadas para valorar los daños que se están produciendo.
Antes, esto solo era posible con helicópteros pilotados por personas, con el riesgo que ello conlleva. «Al final lo que hace un dron es ayudar a las personas a hacer trabajos que de otro modo tendrían un riesgo para la salud. El dron va antes que nosotros y llega a sitios que son más complicados», explica Isabel Buatas, directora de Expodrónica y experta en estas aeronaves no tripuladas.
Los drones encuentran hoy múltiples aplicaciones en diversos campos. Se utilizan en agricultura para regar o controlar plagas con el uso de cámaras térmicas. En arquitectura, donde pueden por ejemplo ‘mapear’ un edificio que se encuentra en mal estado y hay que rehabilitar. O en el rodaje de anuncios, series y películas.
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